domingo, 24 de agosto de 2008

1º Etapa: Logroño - Belorado

Fecha: 24 de Agosto de 2008
Etapa: Logroño - Belorado
Km: 73.8 según la guía, 82 km según mi cuentakilométros
Hora de salida: 7:37
Hora de llegada: 13:30
Etapa realizada entera por la senda del camino.

Me levanté a las 6 de la mañana para poder preparar bien las alforjas, tomar algo de desayuno e iniciar la primera etapa. Como suele pasar siempre, es imposible colocar en las alforjas todo la segunda vez tal y como lo hiciste la primera, así que el pequeño hueco que llevaba para poder guardar algo de comida, desapareció. Tuve que atar una bolsa por encima de las alforjas con un zumo y donuts que pensaba comerme cuando llevara un par de horas pedaleando.

Bajé la bici por las escaleras del hostal (menos mal que bajé con las chanclas, que si bajo con las zapatillas de la bici puestas, me mato), rellené los bidones con el aquarius que había comprado, y enseguida me encontraba en la Avenida del Marqués de Murrieta, lo que significaba el comienzo de mi camino de Santiago.
Eran las 7:37 horas de la mañana de un domingo, así que había poquísima gente por la calle, y pude ir perfectamente por la calzada, y siguiendo las flechas hasta el parque de la Grajera.
Es un sitio muy bonito, dónde empiezas por un carril bici hasta que te vas adentrando en él y se convierte en zonas de camino y zonas de asfalto. Pasas delante de un gran lago y llegas a un restaurante, dónde decidí parar a tomarme el redesayuno, aunque sólo eran las 8:10 de la mañana. Era una zona con bancos, un riachuelo y multitud de arboles que dan una agradable sombra.
Poco más adelante, llega el Alto de la Grajera, que es tendido, pero sufiente para poner por primera vez el plato pequeño. Después una bajada hasta llegar a Navarrete, al que por un despiste en algún desvio, llegué por un camino de tierra que iba paralelo al camino original. Pregunté a un señor y me volvió a indicar la ruta buena. La salida de Navarrete por carretera va picando hacía arriba, y a mitad de subida, sale a la izquierda un camino de tierra con piedrecillas.
Desde aquí y hasta Najera me puse la radio en un oido y fuí oyendo la final Olimpica de baloncesto entre la España de Gasol y los Estados Unidos. El partido estuvo genial, muy igualado y con la tentanción de pararme en algún bar a verlo, perdo decidí disfrutarlo sobre la bici (España acabó perdiendo por 11 puntos, pero casi al final del partido).
Todo este tramo discurre por caminos de tierra, cruzando carreteras que van a los distintos pueblos, y se hace muy ameno, aunque ya se empiezan a notar los primeros km de baches en las posaderas, jejeje, muy parecidos a los que luego nos esperan por Burgos y León.

Llegué a Nájera sobre las 10:15. La entrada es un poco fea, por que se pasa por zona industrial, escombreras y mal camino. Una vez en el pueblo, merece la pena pararse si no se conoce para recorrer su calle principal, ver el Monasterio de Santa María la Real y relizar la típica foto sobre el rio Najerilla, que separa el Najera histórico del Najera moderno. Una vez pasado el rio, las flechas no están muy bien pintadas y me despiste por un momento. Tuve que preguntar para poder salir del pueblo por la senda original, que tras pasar por un arco, gira a la izquierda hacía una calle empinada que te lleva a las cuestas de Peñaescaleras. Una vez superada la cuesta, y durante los siguientes 20 km hasta Santo Domingo, irás casi todo el rato por caminos de tierra, paralelos a nacional, pero lo suficiente alejados en la mayor parte como para no molestarte.
La única localidad de paso con servicios es Azofra, dónde paré a sellar la credencial en su albergue (no había nadie, pero tenían el sello en la puerta), y posteriormente Cirueña, que pasé sin detenerme.

Llegué a Santo Domingo de la Calzada sobre las 12:00.
La Compostela riojana como dicen algunos, es la mayor localidad de paso del día de hoy. Una vez en la calle Mayor (calle recitilínea y peatonal que recorre el pueblo de punta a punta), localicé el primer albergue y pasé a sellar. Acababan de abrir, y estaban llegando los primeros peregrinos a pie para pernoctar en él; a mi aún me quedaban unos 25 km para llegar a Belorado.
Recorrí la calle Mayor hasta la plaza que hay frente a la Catedral, y dónde está el parador, y me decidí realizar la parada larga del día, unos 20 minutos, para reponer fuerzas con alguna barrita y acabar uno de los bidones de aquarius.

La salida de Sto Domingo la hice un poco por el arcen, hasta encontrar un camino de tierra parelelo a la antigua nacional. Por ese camino durante unos 6 km llegas a Grañón. Decidí pasar a ver su albergue, y el hospitalero muy amable me ofreció agua y me invitó a pernoctar con ellos, y acompañerles por la tarde al campo, a un chuletada que hacía el pueblo con motivo de las fiestas en las que se hallaban. El albergue está en la parte de atrás de la iglesia, subiendo unas escaleritas pequeñas, y con colchonetas como camas. No pude sellar, y prosegí mi marcha.
Desde aquí hasta Belorado sigue el andadero paralelo a la N-120, pasando por Redecilla del Camino, que también estaba en fiestas, Castildelgado, Viloria (que te desvias un buen tramo de la nacional para volver a pocos metros) y Villamayor del Rio. No paré en ningún pueblo por que ya iba notando los síntomas de cansancio del primer día, y deseaba llegar cuanto antes a Belorado.
Llegando a Belorado, me adelantaron varios bicigrinos con bici de paseo que iban por el arcen de la nacional bastante deprisa. Yo, y mientras las fuerzas me aguanten, seguiré haciendo la ruta por camino.

Llegué a Belorado sobre las 13:20.

El alberuge: se entra en el pueblo por un camino de tierra a la derecha de la nacional. Primero pasé el albergue privado "A Santiago", que no paré por que está un poco retirado del centro del pueblo. Mi idea era para en el albergue privado "Cuatro Cantones", y hacía allí me dirigí. Está en la calle Hipólito López, 10, y preguntando a un vecino, llegué sin problema. Está en la parte de atrás de la plaza central del pueblo.
El hospitalero del albergue me llevó a un gareje al lado del albergue para guardar la bici, y me selló la credencial. El recibimiento no fué muy acogedor, ni siquiera un "que tal el camino", pero bueno, creo que tenía algo de prisa por irse a comer. Es un albergue privado que se mantiene con la voluntad, y el hospitalero te enseña una caja de hojalata con billetes de 10, 20 y 50 euros para que tu dejes lo que quieras; lo cual me llamó un poco la atención. Yo dejé 10 euros, por que no llevaba 5 euros, que era lo que pensaba dejar, y lo que costaban el resto del albergues del pueblo.
Me tocó en la tercera planta, habitación abuardillada con unas 10 camas literas (para 20 personas), pegado a la puerta del baño. 2 duchas y una terraza para tender la ropa. Lo mejor del albergue es la parte de atrás, con un jardín y una pequeña piscina en la que remojarte si llevas bañador (yo no vi a nadie bañarse), o al menos, mojarte los pies.

La comida: me duché y salí a comer al bar que hay justo enfrente, un menú de 9.50€ que estaba bien, con pasta y un filete.

El pueblo: después un pequeña vuelta por el pueblo, y siesta hasta las 18:30, por que con el calor que hacía, no eran plan de andar por la calle. Por la tarde bajé al cesped a leer la guia para ver que me esperaba al día siguiente, y me encontré con un Vicente, un chaval valenciano que venía hoy desde Najera en plan tranqui. Nos fuimos a tomar una cañita, ya que era el único ciclista que hasta ese momento había visto en el camino.
Eran fiestas en el pueblo, y estaba todo muy animado, pero a las 22:00 cerraban el albergue, así que a esa hora estábamos recogidos y sobando en la cama.

Provisiones: al ser Domingo, no pude comprar nada en ninguna tienda. Compré un aquarius de medio litro en una máquina para poder empezar el día.

Aquí finaliza la primera jornada de esta trepidante aventura.

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